Uno de nuestros parroquianos comentó en blogia que en sus partidos los árbitros llevaban camiseta blanca. Una camiseta con lonchas de jamón, y para redondear la epopeya, el maletín que llevaba el masajista tenía forma de jamón. España se lo puso a Italia más difícil que sus otros rivales en aquel Mundial; forzaron un partido de desempate con ocho en el terreno de juego (los otros tres estaban casi mutilados de tantas entradas recibidas).
Categorías